domingo, 24 de mayo de 2009

soy una niña perdida

Ya no hay Wendy, no hay niños perdidos ni historias para contarles.

Entonces que soy?
Una niña perdida?

Se supone que las niñas somos muy listas como para caernos de los cochecitos y llegar a nunca jamás, pero la verdad es que YO ME CAÍ.

Diría que no lo volvería a hacer, pero espero sinceramente poder hacerlo de nuevo. No es algo que haga muy seguido, no me gusta caerme, salgo toda raspada, moreteada, arrugada y rota… me destrozan las caídas. Por que yo cuando me caigo lo hago muy en serio.

Esta vez caí durísimo, ni siquiera abrí los ojos, no metí las manos… me caí gustosa y a velocidad estrepitosa. No pensé que me fuera a encontrar con un piso tan duro. Nunca lo espere, no lo ví venir… pensé que sería distinto.

Pero esto pasa cuando eres una niña extraña como yo. Te caes de tu cochecito y te conviertes en una niña perdida.

Ojalá estuviera en nunca jamás, podría rodar sobre mi misma y gritar bangueraaaaaaaaaaaang!!! … pero no me engaño, eso -sobre todo eso- me dolería ahora.

domingo, 17 de mayo de 2009

lonche, chesco y chicles

A veces cuando me siento de la mierda, como a punto de hundirme en la inmundicia que es este ordinario universo, me siento en la jardinera o la banqueta correcta para recordar que no soy ordinaria, mi vida no es inmunda y siempre tengo algo nuevo y gracioso que contar.

Así soy yo, en mi estado salvaje. Creo que me gusta, así natural, sin plástico, sin parecer nada más que lo que soy… una muchacha rara que se sienta en la calle a pensar en todo y nada. Que saluda de mano a los teporochos y les pregunta qué se siente toncharse… joder!! que si seré rara!! Me agrada admitirlo, pero me perturba que no me había dado cuenta que definitivamente hay cosas que solo me pasan a mí… y si le pasan a alguien más me encantaría conocerle, talvez no me sentiría tan sola de repente.

Supongo que luzco amigable hacia los extraños… digo, solo necesito estar en la vía pública para que se me acerquen. Hoy hasta me andaban invitando lonche, chesco y chicles… AJAJAJAJAJA… ya seeeee, qué extraño, pero bueno, es cosa de todos los días para mí.

Y así con los extraños… el que los muchachos se me acercaran a preguntarme donde compré mis patines y qué si vivía por aquí y si tenía amigos vecinos no me pareció tan extraño. Resulta que tengo una vecinita que se decepcionó un poco por que no tengo 18 o 19 años como ella pensó. Talvez algún día vaya y la busque, me dijo donde vive, igual podría hacer una amiga de mi vecindario, llevo aquí 23 años y no cotorreo con nadie. Solo que no me dijo cómo se llama… así pasa.

y bueeeeeeeeeeeeeno… así es esto cuando se tiene imán de vagos, borrachos y curiosos. ¿Qué le vamos a hacer?

me da mucha risa, que bien, me hace falta mucha.