Ya no hay Wendy, no hay niños perdidos ni historias para contarles.
Entonces que soy?
Una niña perdida?
Se supone que las niñas somos muy listas como para caernos de los cochecitos y llegar a nunca jamás, pero la verdad es que YO ME CAÍ.
Diría que no lo volvería a hacer, pero espero sinceramente poder hacerlo de nuevo. No es algo que haga muy seguido, no me gusta caerme, salgo toda raspada, moreteada, arrugada y rota… me destrozan las caídas. Por que yo cuando me caigo lo hago muy en serio.
Esta vez caí durísimo, ni siquiera abrí los ojos, no metí las manos… me caí gustosa y a velocidad estrepitosa. No pensé que me fuera a encontrar con un piso tan duro. Nunca lo espere, no lo ví venir… pensé que sería distinto.
Pero esto pasa cuando eres una niña extraña como yo. Te caes de tu cochecito y te conviertes en una niña perdida.
Ojalá estuviera en nunca jamás, podría rodar sobre mi misma y gritar bangueraaaaaaaaaaaang!!! … pero no me engaño, eso -sobre todo eso- me dolería ahora.
domingo, 24 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario