domingo, 20 de septiembre de 2009

amar el libertad

Esto de que la vida carezca totalmente de sentido es bastatante inspirador, el caos siempre es productivo.

Entre mis delirios escritos han salido varias cosas, las dejaré todas por aquí. Esto de bloggear es toda una experiencia, todos pueden leerte y nadie te pela... La fabulosa vida, o cuando la vida te patea los huevos. Cuco siempre tan sabio.

Amar en libertad...
¿Será posible eso?


Si uno busca su otra mitad es por que algo le falta y la falta es constituyente del aparato psíquico. Si amas a alguien por que tiene lo que te falta, admites la necesidad del otro, y que sin ese otro, no estás completo. Y ¿cómo ser libre e incompleto al mismo tiempo?
También puede que tu otra mitad te libere al completarte, idea de lo más romántica y trascendental posible, pero ¿cómo tenerlo sin poseerlo? ¿Cómo se puede ser uno solo siendo dos? Respeto, libertad, compromiso, consideración y comunicación, creo yo. Requisitos indispensables y dificilísimos de reunir según mi modo de ver las cosas.

En una pareja cada uno es un mundo distinto, con sus creencias, con su historia, sus valores, sus ideas y su propia forma de amar. Si cada cual busca a su contrario, puede que no estén de acuerdo en todo, que no quieran lo mismo y que ni siquiera lo busquen del mismo modo. Si se desea amar en libertad, respetando al otro, con sus gustos, sus tiempos y sus ritmos. ¿Cómo se podrá lograr hacer tal cosa partiendo de tanta diferencia? Porque si amas a alguien que está en el otro extremo que tu, y sigue siendo como es, nunca se van a acercar, no llegarán al punto medio para estar en equilibrio y armonía... ¿o si?

Creo que es muy complejo eso de amar en libertad. Amar al ser completo, siendo tu un ser completo. Al creerte completo niegas la falta que es la que empuja. Entonces no hay motivación, no hay ese empuje ni fuerzas para hacer algún esfuerzo. Puedes ser tan libre y sentir que necesitas tan poco de una persona que no te preocupes por ella, por pasar tiempo juntos, contarle tu vida y pensamientos, guardarle respeto y serle fiel. Pues, si no necesitas de una persona, si realmente no te falta y estás completo... ¿qué sentido tiene esforzarse? Yo no le veo el caso.

Ahora bien, puedes pensar en estar simplemente por que quieres estar, no por que necesitas estar. Pasar tiempo juntos solo por el placer de hacerlo, por la dicha de compartir. Es una idea que también es romántica. Es duro encontrarse en una realidad que resulta altamente gratificante aún en ausencia del ser amado, pero es más reconfortante la dicha que se experimenta junto al ser amado aún cuando sabes perfectamente que no lo necesitas. Entonces si que lo amas, justamente por que no lo necesitas.

El gran problema que yo veo es el origen de la motivación. En este tiempo tan acelerado en que vivimos es necesario hacer esfuerzos para compartir tiempos y espacios con la persona amada. La vida muy ocupada, el trabajo, la escuela, los amigos, los deportes y pasatiempos nos dejan muy agotados como para todavía hacer el esfuerzo de salir a pasear, a platicar o al cine. Falta algo que te motive, algo que te empuje, el deseo de querer verle, de compartirle tus pensamientos, inquietudes y sueños. Eso normalmente sería la falta... y es aquí donde el argumento se vuelve circular.

Además de todo esto, está la romántica idea del sufrimiento, del esfuerzo, del drama total. Si para hacer algo te debes esforzar enormemente, esto se vuelve más valioso, entre más complejo más sabroso. Y ¿cómo amar libremente, donde nadie se debe esforzar ni un poco? Es muy complicado. Y es muy incierto, pues si siempre das hasta donde no haya que esforzarse, ¿qué va a pasar el día que sea necesario hacer un esfuerzo?, ¿qué va a pasar el día que haya un problema fuerte?, ¿el día que las cosas se pongan realmente duras? Si la política es la del mínimo esfuerzo, el lazo se romperá fácilmente. ¿Qué pasó con el en las buenas y en las malas, en la pobreza y en la riqueza, en la salud y la enfermedad? Es una idea que aunque provenga de un lugar incierto, es muy buena. Si no amas lo suficiente como para poder esforzarte, como para dar aunque te duela, creo que ni siquiera vale la pena intentarlo.

Ahora que no hay que confundir el dar con el esperar. Talvez amar en libertad es amar sin esperar ser amado. Pero para ser sincera eso me parece prácticamente imposible. Será mi egocentrismo desmedido, pero yo si quiero que me amen. Ahora que poniéndome menos extrema, creo que se puede dar sin una expectativa muy alta, dar por dar, por el puro gusto de dar. Puedes dar tus besos, dar tu tiempo, tus esfuerzos, tu creatividad, tu pensamiento y todo de ti sin esperar lo mismo a cambio. Es decir, puedes tener un gesto de amor, sin esperar que sea recibido con euforia, puedes abrazar y no ser abrazado de regreso, puedes dar un te quiero sin recibirlo a cambio, y no hacer un drama por ello. Es muy difícil, por que no hace más que situarte en la incertidumbre, quieres y das sin saber realmente si eres correspondido. Creo que las expectativas son muy difíciles de manejar. Talvez se trate de dar sin quitarte, no dar lo que te sobra, sino dar lo que tienes en la repisa de compartibles.
Esta idea es también romántica y muy buena, siempre y cuando ambos cuenten con una repisa bien equipada de compartibles, con mucho amor propio y mucho amor para dar. De lo contrario uno dará siempre más que el otro y eventualmente exigirá se le pague todo lo que ha entregado.

La otra visión de las expectativas puede ser que si no esperas nada eres un mega luser, lo que sea es bueno, incluso maravilloso, pues tus aspiraciones son poquísimas. Puedes estar con alguien que no tiene mucho para tí, pero como no pides nada, poco es suficiente. Y este razonamiento no puede más que darme asco, si tu vales la pena, te puedes dar el lujo de desear que ese alguien especial valga la pena. Ahora bien, todo depende del cómo escojas a tu persona especial y la suerte que tengas, 50% y 50% yo creo.

Sin esperanza y sin desesperación. Talvez sea así como hay que querer. Con tibieza, con cautela... con medida. La verdad es que no me convence, Dios escupe a los tibios, dice mi mamá. Y yo dentro de mi tibieza soy bastante radical, me digo... ¿por qué no arriesgarse? Si ya lo estoy haciendo, pues que sea todo o nada, que más da... pero da miedo. Y la tibieza es el mejor refugio que he podido encontrar. Es un lugar donde aunque no comprendo, no me arriesgo demasiado, no me aventuro a razonar ni a sentir demasiado, no doy demasiado, no espero demasiado... tibiamente. Sin esperanza y sin desesperación, evitando la locura del amor.

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

"esto se vuelve más valioso, entre más complejo más sabroso" jaja eso me dio mucha risa

creo que terminé mareado después de la travesía de tu texto.. creo que lo único constante es eso: que siempre se llega a la misma pregunta y al mismo punto de inicio

yo en lo personal creo que el problema está en asumir que debemos responder a la pregunta de si existe o no la idea de "amar en libertad"

mejor aventemos todos una moneda al aire y dejemos que el azar nos guíe en esos asuntos de tanta importancia

Raquela Juanela dijo...

lo cierto es que la aventé, solo intento ganar, en el mejor de los sentidos de la expresión.